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Axel y el profesor habían regresado. Se abrió la puerta y Grauben estaba ahí parada al frente mirándolos.

-¡Grauben!, ¡qué lindo volverte a ver! -dijo Axel emocionado. -¡No sabes cómo te extrañé!

Sin poder responder se dan un abrazo cálido.

-Querida, ¿cómo has estado? -el profesor le pregunta.

-He estado bastante preocupada por ustedes dos, ¡temía por sus vidas!- se podía ver la intranquilidad en ella al decirlo.

-Fue algo increíble, algo que nunca olvidaré. Por un momento creí que no lo lograríamos... Bueno, los dejaré hablar tranquilos, me iré a mi estudio a organizar mis cosas. -Con una gran sonrisa en su rostro abandonó la sala.

-Ven Axel, sentémonos. Quiero que me cuentes todo, cada detalle. -Dijo con una gran sonrisa en su rostro.

-Aún no puedo creer que esté aquí. -Susurró feliz- Aunque el profesor desde el principio estuvo feliz y eufórico, yo en cambio he estado preocupado y con miedo, no sabía con qué me podía encontrar, y eso me asustaba aún más. Sin embargo, fue una aventura memorable y se ha hecho bastante famosa, me alegro de que todo ese viaje no haya sido en vano.

-¡Ni me imagino cómo fue! pero cuéntame las cosas más llamativas que puedes resaltar de esa hazaña.

Axel hizo una pausa. Parecía estar pensando en qué le contaría.

-Te contaré todo. En Islandia, donde está el Sneffels, el volcán supuestamente apagado, necesitamos a un guía ya que nosotros no conocíamos la zona. En el camino pudimos contratar a Hans, que en realidad era un cazador, pero nos sirvió de mucha ayuda. Al comenzar la aventura llevamos provisiones y suficiente agua para ambos, igual yo pensé que no alcanzaría. Luego, al entrar en el volcán bajamos y bajamos, creo que bajé como 5 kilos con todo el ejercicio que hice. Estábamos muy cansados, yo no daba más. Y en una ocasión casi muero deshidratado, menos mal que el profesor tenía unas gotas de agua para mí porque sinceramente no sé que pudo haber ocurrido. -Grauben parecía impactada con lo que Axel narraba.-El agua se nos había acabado y necesitábamos encontrar algún manantial. En el pasaje se ven dos caminos, sin duda el profesor decide ir por el Este, caminamos y caminamos pero no había agua así que debimos retroceder e ir por el otro camino. Hans hayó un torrente bajo las rocas y lo perfora así llenamos nuestras cantimploras con agua hiper caliente. Luego pasamos muchos momentos horrendos hasta que encontramos una playa subterránea. Era de no creer, no sabía que habían mares subterráneos adentro de un volcán... Construimos una balsa y navegamos por ahí. En eso una gran tormenta nos agarra y creímos que avanzábamos pero en realidad retrocedíamos al camino anterior, fue horrible. Y cuando creí que todo no podía empeorar en la orilla del mar vimos cosas irreales: cadáveres de personas con cabezas enormes, parecían a las de un búfalo. Fue demasiado aterrador, y luego encontramos una especie de cueva con las iniciales del dueño del pergamino.- Ella pensaba que Axel estaba exagerando con lo que contaba pero sin embargo lo escuchaba atentamente.- Entramos y yo no daba más del miedo. No sé por qué tuve la más idiota idea de encender una dinamita al ver una pared de rocas que nos impedía pasar, pero simplemente lo hice, sin saber de lo potente que sería. Volamos todo en mil pedazos y eso generó una especie de terremoto que enloqueció todo el ambiente, luego de eso corrimos hacia la balsa y cuando nos dimos cuenta estabamos subiendo sin parar… todo fue bastante extraño y no podíamos más por el calor, y cuando nos dimos cuenta había sido algo peor de lo que nos podíamos haber imaginado. Eran los síntomas de una erupción. ¿Puedes creerlo? -Grauben tuvo que taparse la boca del asombro que tenía- Y lo que ocurrió después fue tan impresionante que no parece real. Salimos disparados por el orificio del cráter y aquí estamos. Con vida. Fue una experiencia bastante interesante aunque aterradora, ¡podíamos haber muerto!

 Luego de minutos de silencio, Grauben suelta una risita burlona y contesta.

-Si eso fuera cierto ya no estarían aquí, pero claro que creo en lo que me dices, lo que sí, es de no creer que estén con vida, estoy muy feliz de que estén aquí ustedes dos, y la próxima vez tengan más cuidado, eso solo pasa en cuentos de fantasía, esto es el mundo real. Aunque me alegro mucho por ustedes dos, que ahora su historia es muy famosa y hablada.

-Lo bueno es que estoy aquí contigo. -Dijo Axel y le dió un beso.

 

 

Axel y Graubel 

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